No tiene brazos, pero puede tocar la guitarra. Cuando el papa Juan Pablo II lo vio hacerlo en Los Angeles, California, en 1987, correspondió a su gracia con palabras de asombro y dejándole una misión: dar testimonio de su esfuerzo y superación por el mundo a través de su canto y su música.
Por eso, Tony Meléndez no pudo negarse a la invitación que el Arzobispado de Guadalajara le hizo en agosto pasado de ofrecer un concierto en el Auditorio Telmex este 15 de febrero, para reunir fondos para la construcción del Santuario de los Mártires.